Los pasos para conseguir el torrezno perfecto

Los pasos para conseguir el torrezno perfecto

Hablar de preparar el torrezno perfecto no es algo que tomarse a la ligera, mucho menos si se toma en cuenta que conseguirlo, lleva años de práctica ardua. Desde el corte preciso de la panceta, hasta el agregar la cantidad de sal adecuada y freír el tiempo indicado para lograr una corteza crujiente y una carne jugosa, cada uno de los pasos dados son fundamentales.

Pero lo cierto, es que en las áreas donde el cochino sea criado y consumido, es donde la preparación del torrezno corresponderá a una de las más exquisitas y cuidadas. Todo gracias a la tradición en su preparación, que muchas veces es transmitida de generación en generación, no por nada el torrezno cuenta con el peso de ser patrimonio gastronómico de la humanidad según la UNESCO.

Un buen torrezno debe contar con las texturas bien diferenciadas y al punto: la corteza crujiente y dorada, la carne bien jugosa y por supuesto, el tocino fundente. Para ello seguir los siguientes pasos, es una de las formas más adecuadas de conseguir un buen ejemplo de este manjar español.

La preparación

Todo lo que se necesita corresponde a 1/2 Kg de panceta, aceite de oliva extra virgen y sal. La panceta debe ser cortada en tiras de aproximadamente 10 cm de longitud, para luego salarlas y colocarlas en palillos de brocheta.

El aceite de oliva extra virgen debe calentarse, y posteriormente colocar la panceta del lado de la corteza sobre un fuego que esté ni muy fuerte, ni muy bajo, sino medio bajo. Se deja freír hasta que la corteza adquiere una textura crujiente, con burbujas.

Así, se procede a sacar los palillos del fuego y colocarlos esta vez para que se hagan por los lados, en esta ocasión hay que poner el fuego medio e ir subiendo poco a poco para que el dorado sea el color predominante en el torrezno.

Una vez pasado por el fuego, no queda más que dejarlo escurrir muy bien sobre papel de cocina para que suelte el exceso de grasa, y trocearlos según la preferencia de cada quien. El tamaño indicado corresponde a los deseos del cocinero o los que degustaran de este sabroso plato, al igual que el acompañante ideal.